La Audiometría es la prueba básica de una Evaluación Auditiva para poder indicarle un diagnóstico preciso.

Es recomendable que cualquier persona, independientemente de su edad, se someta a una evaluación auditiva al menos una vez al año, aunque según nos vamos haciendo mayores esta recomendación deberá transformarse en una obligación.

Las Evaluaciones Auditivas son rápidas e indoloras por lo que en apenas unos minutos va a conocer su diagnótico. Normalmente se componen de diferentes pruebas que pasamos a indicar a continuación:

• Otoscopia: nos permite conocer la parte más física del oído, si existen infecciones o algún tipo de inflamación, restos de cerumen, perforación, etc.
• Audiometría tonal - vía aérea: gracias al empleo del audímetro vamos a poder conocer de primera mano el umbral de audición de la persona que se somete a esta prueba.
• Audiometría tonal - vía ósea: mediante esta rueba vamos a conocer la capacidad de audición del oído interno.
• Audiometría verbal: tratamos, mediante esta prueba, de conocer la capacidad de distinguir compresiblemte los diferentes sonidos de las palabras.

La mayoría de las personas que se acercan a evaluar su audición lo hacen cuando ya puede ser tarde, es decir que acuden cuando ya es evidente su pérdida de sensibilidad auditiva.

La audición perdida no se recupera por lo que es importante descubrir la pérdida auditiva antes de que esta haga su aparición. Y esto solo lo podemos conseguir mediante una completa y rutinaria evaluación auditiva o audiometría.